septiembre 24, 2009

"Hazme Photoshop, please"

Ayer, al salir de una de las estaciones del metro y pasar por los puestos de revistas, me detuvo la portada de la revista TV Notas. Admito que me gustan los espectáculos, pero esta vez me llamó la atención que en la portada de dicha revista se encontraba Penélope Menchaca, sí, la que conduce el programa 12 Corazones y que se ha ganado el cariño y admiración de muchos caballeros por el lenguaje nada vulgar que utiliza en la transmisión dominical.

No está por demás decir que la imagen de esta chica era sensual, pero lejos de atraer al público con su escultural figura, lo hacía por lo distorsionado que lucía su cintura en relación con sus piernas, y ni qué decir su cara, algo irreal y bizarro, algo parecido al rostro del famoso Alvin, la ardilla, y todo gracias al ya no tan bendito Photoshop.

Después de analizar la imagen durante unos segundos, salí del lugar pensando en los beneficios de este tipo de programas de diseño que nos “ayudan” a mejorar nuestra imagen, aunque muchas veces el resultado diste mucho de la realidad. Lo reconozco, yo también me he hecho algunos arreglitos utilizando esas herramientas, pero estoy consciente que a final de cuentas, soy un chico con ojeras y algunas patas de gallo, para qué me hago tonto.

Es así como visualicé algunas portadas de las revistas Maxim y la ya popular H para caballeros, para la cual han posado infinidad de artistas mexicanas, incluyendo algunas que jamás me imaginé harían ese tipo de sesiones, que si bien, son artísticas, nos muestran cuerpos, proporciones, tonos de piel y hasta rostros inverosímiles que nos dejan admirados, no por la belleza sino por el trabajo de los creativos, que lejos de ayudar a las modelos, las perjudican.

Y así, el mismo ejemplo lo podemos ver en artistas, políticas y hasta figuras deportivas, como el caso de la atleta sudafricana Caster Semeya, quien luego de protagonizar un escándalo mundial por cuestiones relacionadas con su sexualidad, apareció en la portada de una famosa revista africana luciendo una imagen sensual y con rasgos para nada masculinos, nada que ver con la imagen que manejó en un principio en los medios de comunicación. Una vez más fue el bendito Photoshop, quien le dio el toque mágico a la atleta.

Lo mismo pasó con Ana Guevara durante la pasada carrera política por la Delegación Miguel Hidalgo en el Distrito Federal, todos quedaron impresionados con la imagen que la ex velocista sonorense manejó durante la campaña. Las fotografías mostraban a una Ana Guevara muy distinta a lo que nos tenía acostumbrados. Y así pasó con muchos políticos más que se quitaron bolsas de los ojos, canas y hasta lunares.

Estamos de acuerdo que vivimos en un mundo regido por la imagen, pero ¿Qué tan valido es utilizar o más bien abusar de este tipo de recursos como son los programas de retoque gráfico? Los jóvenes siguen estereotipos y aún existen problemas como la bulimia y anorexia, esto gracias a la publicidad, las modelos esqueléticas y el truco en las imágenes. Aún con tanta información al respecto, las jóvenes no desisten en su intento por parecer modelo de revista, aunque pongan en riesgo su vida.

Contra los retoques

Precisamente ayer, me tocó leer una nota en El Universal que Francia tiene planeado prohibir o por lo menos regular las fotografías retocadas que aparecen en los diversos medios de comunicación, al considerar que presentan una imagen distorsionada e irreal de la imagen del cuerpo femenino.

Esta medida radical es difundida por la diputada Valérie Voyer, que pertenece al partido conservador Union pour un Mouvement Populaire (UMP), mismo al que pertenece el Presidente Nicolás Sarkozy, con la cual se pretende combatir los estereotipos, así como las enfermedades relacionadas con la mala nutrición entre las mujeres francesas.

Así que no debemos impresionarnos cuando debajo de cada fotografía aparezca la leyenda “Esta es una imagen retocada para modificar la apariencia física de una persona", misma que la citada diputada pretende imponer en un futuro. Lo curioso es que cuenta con el apoyo de la mayoría de la Asamblea Legislativa de aquel país europeo.

Me pregunto qué pasaría si en México se impulsara este medida. ¿A qué se dedicaría Niurka, Ninel Conde y otras artistas más? El retoque y los nuevos programas de diseño han beneficiado a más de uno en el polémico mundo del espectáculo, donde el buen cuerpo, la linda cara y las influencias, pasan por encima del talento.

Por lo pronto, Francia ya se puso las pilas con esa frase, la cual estoy seguro levantara ámpula en todo el mundo y nos pondrá a pensar en el beneficio real del cada vez más socorrido Photoshop; el cual sirve como escudo y consuelo para muchos que desafortunadamente no somos tan agraciados.

¿Qué opinan?

septiembre 07, 2009

¡Qué creen!

¿Quién no le teme a los payasos? Creo que uno de los antecedentes más traumáticos del miedo a los payasos lo tenemos con el famoso personaje llamado Eso, quien fue la causa de que más de uno de nosotros no pudiera dormir tranquilo durante la infancia.

Pero bueno, esta entrada no tiene que ver precisamente con el miedo a estos simpáticos personajes circenses, sino al negocio que han encontrado los delincuentes en el gran oficio de hacer reir a la gente.

Hace algunos meses, fuimos testigos de una noticia que dio la vuelta al país, cuando un grupo de delincuentes disfrazados de payasos asaltaron a mano armada una joyería de Guadalajara, llevándose un botín de más de medio millón de pesos.

Y hace unas cuantas semanas, una compañera de trabajo me contó la siguiente historia, a la cual he titulado ¡Qué creen!.

Mi amiga, a la que llamaremos Lucía, abordó un microbús en una de las avenidas más transitadas y concurridas de Santa Fé, aquí en la Ciudad de México. Su destino: la Universidad.

Como ya eran pasadas las seis de la tarde, algunos de los pasajeros iban dormidos, otros más, reflejaban el cansancio de largas horas de trabajo y tedioso traslado a sus respectivos centros laborales. Lucía, luego de subirse y sentarse en las últimas filas de aquel viejo transporte, optó por hojear un libro, para no aburrirse durante el trayecto.

Apenas había encontrado su última hoja leída cuando subieron dos jóvenes vestidos de payasos, a quienes pocos le prestaron atención.

-¡Atención, Atención, a continuación les traemos un gran show que los divertirá de principio a fin. Esperamos sea de su agrado y puedan apoyarnos con alguna moneda!, exclamó uno de los payasos.

El llamado no tuvo éxito entre los asistentes, por lo que una vez más el chico hizo un llamado a los presentes.

-¡A ver, a ver, aquí mi compañero los deleitará con una canción de Cristian Castro!-gritó nuevamente el chavo, pero nuevamente no obtuvo una respuesta satisfactoria.

-Bueno, como vemos que se nos vienen durmiendo, vamos a hacer un juego, cuando yo pregunte ¿Qué creen?, todos ustedes me responderán con un fuerte ¡Qué!, esto lo haremos tres veces ¿ok?-gritó por tercera ocasión el payasito.

Esta vez, la gente volteó a ver a los cómicos, con lo que se rompió el hielo y dio comienzo lo que parecía sería un entretenido juego.

-¿Qué creen?- Exclamaron los payasos.

-¡Quéeeee!-respondió eufórica la gente.

-¿Qué creen?-siguó el juego.

-¡Qué!- expresaron los pasajeros con gran emoción. Hasta el conductor participó en esta ovación.

-Qué creen?-gritaron por tercera ocasión los payasos.

Enseguida un fuerte ¡Quéeeeeeeee! estremeció el camión, ya que en ese momento, todos los pasajeros se encontraban interactuando con los cómicos. Cuando uno de ellos le dio respuesta a la pregunta masiva.

-¡Que ya valieron madre porque esto es un asalto- gritó a todo pulmón el delincuente, al momento que sacó de entre su ropa una pistola, con la cual amagó a los pasajeros y los despojó de sus pertenencias.

Lucía se quedó sin dinero y sin celular. Llegó a su casa y la primer reacción de sus familiares fue una sonora carcajada. Posteriormente, fue a levantar su denuncia y también obtuvo la misma respuesta por parte de las autoridades. Todo mundo se rió, pero nadie se percató de la magnitud del asunto.

Los asaltos a mano armada siguen en la ciudad, pero ahora, a parte de hacerse pasar por personas invidentes, los amantes de lo ajeno están optando por otras vías delictivas, como disfrazarse de inocentes personajes para ganarse la confianza de la gente y seguir robando.

Es impresionante la cantidad de robos que se comenten aquí en la capital mexicana, antes vivía con miedo, pero ahora lo veo a todas horas en cualquier parte, sea de día o de noche.

No queda de otra más que andar con precaución y desconfiar hasta de nuestra propia sombra. Y la próxima vez que vean un payaso en el transporte público, no se claven mucho con el repertorio, porque eso de pasar de la risa al llanto en un sólo segundo, está canijo.

Uno nunca sabe.

Saludos